I
Platero es tan fino y peludo, sus ojos parecen de cristal, el parece una niña o niño porque es débil y muy cariñoso, pero por dentro es fuerte el es de puro de plata, de acero de luna, al mismo tiempo al él gusta todo lo goloso: las naranjas, uvas y góticas de miel... cuando paso con él los domingos lo quedan viendo los hombres.
II
La noche cae ya morada y brumos y verdeares perduran en la torre de la iglesia y las campanillas de fragancia de canciones de pronto un hombre de tés oscura y poncho rojo por el reflejo del cigarro baja a nosotros de una casucha de carbón el hombre quiere clavar su poncho en el cerrocillo.
III
Cuando era ya de noche entramos con platero aterrado por la noche, niñas pobres juegan en el río y habían unas mendigas fingiendo como ciegas, sordo ciego y ven el brusco cambio que tiene la infancia, los varones y las mujeres ya son madres y ellos se creen unos príncipes, entre tanto negrura encuentra una niña y las niñas cantan cual princesa.
IV
Luego nos metimos las manos a los bolsillos y se sintió el frío y un viento, el movimiento de los árboles, las gallinas que se van durmiendo y más a lo lejos las estrellas lucen pálidas, blancura por aquel silencio reducido o eclipse estaba todo cambiado, era como un pueblo chico y pequeña, la torre la plaza, los caminos de los montes, platero parecía un burro verdadero, diferente y recortado.
V
Ya nos cogió la luna como si alguien nos estuviera espiando, el ve la luna como una nube blanca, platero trataba de cubrirse del frió y luego se vino un olor a naranja como si quisiera alcanzar a alguien.
VI
Un buen día le dicen a platero que vaya a la escuela para que aprenda a leer y escribir, a coser flores para que los niños no se le rían y sea alguien, en que silla te vas sentar y en que vas a escribir es que eres tan pequeño pero que no reas, eres un burro de doble oreja.
VII
Estaba vestido de luto veo un extraño cabalgando, era platero en la aventura gris, luego los chiquillos gitanos vestidos de arapos verdes, rojos y amarillos corren dentro de nosotros aliguente.
VIII
Luego dice no te asustes hombre que era ajudas que estarás matando, todos asustados los caballos ayuran las campanarios le dicen a platero que el velo del altar sea solo los judas es el diputado, la maestra lo recuerda.
XIX
Fue un día nubloso y a las seis nos fuimos a cenar corrimos como locos y apenas sabía correr a platero unas brevas maduras luego comenzó el tiroteo al caer el amanecer los virias caían.
X
Luego ven las pinturas hermosas del renacimiento de la siete galerías del paraíso, luego cuando tocaban aregulas se encendían dentro de las rosas, tus ojos que nos ven platero que alzar mansamente al suelo.
XI
Si tu mueres primero tu no sufrirás como los otros burros y caballos no te preocupes yo te enterraré bajo el piso a ti no te comerán los cuervos.
XII
Platero comienza a cojear, ni siquiera las rosas tocan arena caliente da pena ver las golondrinas apenas se ojean como otros no saben que hacer vuelven desorientados ni se atreven ni a subir ni a bajar si se estrellan en los alambres de teléfono se van a morir de frío.
XIII
Cuando voy a platero veo como la luz de medio día y se ve a oscura la barriga y el paisaje verde nada refleja el lomo en los alumbrados floridos aunque ya platero me había saludado como un rebuzno.
XIV
Eran negros, azules y verdes todos de plata y como los escarabajos estaba platero ya tendido en el suelo quedó el potro hecho caballo blando y rudoso enterrado y triste, un solo hombre lo levantó y lo tapa con una mano y se lo lleva calle a bajo.
XV
Que encantó siempre platero en la casa de enfrente a la mía primera en la calle de Ribera en la corilla de arreburra que la hija de arreburra ya era una mujer casada, después en la calle nueva, luego Juan Fray Pérez que venía a verse a la casa y a conversar y el papa le daba dinero don José era Pimientos que don José desde su tronco veía todo.
XVI
El niño tanto era aquel niño que se sentaba junto a su puerta en una sillita el no decía nada solo alegre y triste por ver a su madre todo y nada para los demás después pasó y ya no estaba sino un pájaro en un umbral preguntándole por su niño.
XVII
La mayor diversión de anilla la manteca era vestirse de fantasma se envolvía todo en una sábana, dice que añadió azúcar a la azucenon de su rostro era vestida ella de aquel modo como si su desnudez si hubiese hecho túnica.
XVIII
Nunca olvidare Platero aquella noche de Septiembre de pronto un espantoso ruido seco como la sombra de un grito de luz que nos dejo ciegos y poco a poco fueron tornando a nuestro sitios, fueron mirando todo que su mano negra por el rayo.
XIX
Platero tu nunca has subido a la azote, no has sentido el susto, la angustia que sentimos al bajar las escalerillas se ven brillar chispas de oro y plata. La casa
XX
Veníamos los dos cargando de los montes, luego se ve el cielo como un zafiro reluciente, la corona del pueblo refulgentes de azulejos y como Platero iba debajo de mi, pense que ya lo había olvidado. Corriendo la escalera de marmol fui mil veces a ver si encontraba lo que mi fantasía mezclaba.
XXI
Platero va ungido y hablando pero en realidad lo que es y nunca ahí hablar mal del juramento del hombre
XXII
Al otro día abro la ventana y me doy cuenta que todo es alegría e ilusión, tal parece que fuera un panal de luz.
XXIII
Había terminado la lluvia y Platero estaba sin un eco para todo era igual que bajo en los cristales solo se ve gran cantidad de gente.
XXIV
Luego llega un perro que ya estaba acostumbrado a que le peguen y le tiren piedras, porque hasta los perros tiran piedras y junto a Diana y los disparan sin poderles evitar.
XXV
Espérate Platero que quiero ver en ese remanso tu alma son escaleras de tercio pero bajando el laberinto Platero en las horas más cálidas de Abril yo te he leido con una voz desentendida y llana
XXVI
Un día el canario verde vuela alegre nadie sabe porque apareció alegre a la jaula Diana loca ladrándole y poniendo las manos daba cose de aire suave
XXVII
El demonio de pronto con un duro y solitario trote aparece por la esquina de trosmuro, el burro es negro, grande, negro y huesudo, se para mostrando sus dientes amarillos.
XXVIII
Es un burro perdido de quien vendar huyendo con ese trote desigual y violento.
XXIX
Al verlo Platero hace cuerno primero ambas orejas con una sola punta, el burro negro pasa a su lado y le da un rozón.
faltaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
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