domingo, 2 de octubre de 2011

DON QUIJOTE DE LA MANCHA

En la primera parte nos narra que en un lugar de la Mancha no hace mucho tiempo vivía un hidalgo de los de lanza en astillero, adarga antigua y un caballo flaco y galgo corredor de trabajo, hidalgo tenía en su casa una ama de llaves que pasaba de los cuarenta y una sobrina que no llegaba a los veinte, y un mozo de campo y plaza que así ensillaba el Rocinante como tomaba la padadera. Frisaba la edad de nuestro hidalgo con los 50 años, tenían el sobrenombre de Quijada o Quesada pero en realidad se llamaba Quijana.

Es de saber que este sobredicho hidalgo los ratos que estaba ocioso se daba a leer libros de caballería, tanto leía que se olvidó casi de su hacienda. Vendió muchas tierras para comprar libros de caballerías, los llevó a su casa y de todos ninguno le parecían tan bien como los del famoso Feliciano de Silva, tuvo muchas veces competencia con el cura de su lugar ya que era un hombre docto graduado en Siguenza, sobre cual había sido mejor caballero de Inglaterra y nadie se podía comparar con él solo el Don Galaor. En resolución él se enfrascó tanto en su lectura que se le pasaban las noches leyendo de claro en claro y asé del poco dormir y de mucho leer se le seco el cerebro de manera que vino a perder el juicio. Se le llenó de fantasía de todo aquello que leía en los libros, como de pendencias, batallas, desafíos, heridas, requiebros, amores, tormentas y disparates imposibles. Fue luego a limpiar unas armas que había sido de sus bisabuelos. Para probar si era fuerte saco su espada y le dio dos golpes, fue luego a ver a su caballo y aunque tenía más cuartos que un real y más tachas que el caballo de Gonela. Cuatro días se le pasaron en imaginar que nombre le pondría porque según se decía es así mismo no era razón que caballo de caballero tan famoso, tan bueno, él por si, estuviese sin nombre conocido. Después de muchos nombres que formó, borró y quitó, añadió, deshizo y tornó a hacer en su memoria e imaginación, al fin lo llamó ROCINANTE nombre que le parecía alto, sonoro y significativo. Después se le vino a la mente ponerse nombre asimismo y este pensamiento duró ocho días y al cabo se vino a llamar Don Quijote, luego le quizo añadir como buen caballero Don Quijote de la Mancha, luego le puso a la esposa Dulcinea del Toboso. Dado todas estas cosas Don Quijote decidió dar la primera salida de su tierra, pero le fue cuando le vino a la memoria que no era armado caballero. Estos pensamientos le hicieron titubear en su propósito ya que podía mas la locura que otra cosa.

Don Quijote de la Mancha subió sobre su caballo Rocinante y comenzó a caminar por el antiguo campo de Montiel.

No lejos del camino por done el iba, una venta que fue como si viera una estrella. Se dio prisa en caminar y llegó cuando anochecía. Afuera en la puerta estaban dos mujeres mozas, y como Don Quijote todo lo que pensaba, veía o imaginaba le parecía ser real se le representó que era un castillo con sus cuatro torres y chapiteles. Fue llegando a la venta (que a él le parecía castillo), el esperaba que algún enano de la señal con una trompeta de que llegaba el caballero al castillo. Pero como vio que se tardaban y que Rocinante se daba prisa por llegar a la caballeriza.

En esto sucedió que un porquero, que andaba recogiendo una manada de puercos ya que tocó un cuerno y al instante se le representó a don Quijote que era el enano anunciando su llegada, llegó a la venta un castrador de puercos, y así como llegó sonó su silbato de cañas con lo cuál acabó de confirmar don Quijote que estaba en algún famoso castillo y que le servían con música, y que el abadejo eran truchas, el pan candeal, y las damas. Después de otros sucesos don Quijote decidió salir de la venta tan contento por verse ya armado caballero. Con pensamientos guió a Rocinante hacia su aldea pero escuchó unas voces delicadas como si una persona se quejaba y cuando las escuchó encaminó a Rocinante hacia donde le parecía que las voces salían entró al bosque y vio atada una yegua a una encina y atada en otra a un muchacho desnudo de medio cuerpo arriba de unos 15 años que era el de las voces ya que un labrador le estaba dando azotes con una pretina. Don Quijote intercedió con unas palabras, el cual contentísimo de lo sucedido, pareciéndole que había dado felicisimo y alto principio a sus caballerías.

Luego por allí paso un labrador del mismo lugar y vecino que venía de llevar una carga de trigo al molino. El labrador estaba admirado de los disparates, que decía la cual le quitó la visera, le limpió el rostro y se dio cuenta de que era el señor Quijano que así se llamaba cuando tenía el juicio.

Mientras dormía don Quijote el cura y el barbero realizaban el escrutinio de los libros para determinar cuáles debían ser quemados.

Cuando llegó el cura y el barbero don Quijote ya estaba levantado de la cama, le dieron de comer y otra vez se quedó dormido, aquella noche el ama quemó todos los libros de la casa ya que el barbero y el cura lo pensaban decir que un encantador se los había llevado. De allí a dos días se levantó don Quijote y lo primero que hizo fue a ver sus libros, no hallaba el aposento donde le había dejado por lo que le pregunto al ama que en que parte estaba el aposento de sus libros. El ama le respondió que ya no había nada de aposento ni libros porque todo se lo llevó el mismo diablo.

La sobrina respondió que no era ningún diablo sino un encantador que vino sobre una nube. Don Quijote dijo que era un encantador enemigo.

Luego don Quijote mandó a llamar a un labrador vecino, don Quijote le propuso que se fuera con él de buena gana porque le podría suceder aventura, con estas palabras Sancho Panza que así se llamaba el labrador dejo a su mujer y sus hijos, luego Don Quijote como necesitaba dinero vendió algunas cosas y empeño otras, Sancho le preguntó el día y la hora en que pensaban salir, sin despedirse Sancho de sus hijos y mujer, no don Quijote de su ama y sobrina una noche salieron sin que nadie los viera, en la cual caminaron tanto que al amanecer se detuvieron porque según ya no la podían encontrar.

En esto descubrieron treinta y cuarenta molinos de viento en el campo lo cual cuando don Quijote los vio dijo que eran gigantes con los cuales pensaba pelear, Sancho le dijo que eran molinos pero él insistió que eran gigantes con brazos largos y que tienen dos lenguas y diciendo esto dio espuelas a su caballo sin ponerle caso a las advertencias de Sancho ya que eran molinos de viento. Pero el iba tan creído que eran gigantes que no escuchaba nada, ya bien cerca con Rocinante dio una lanzada en el aspa y la hizo pedazos, llevándose al caballo y al caballero que fue rodando por el campo, Sancho fue a socorrerlo en su asno y cuando llego Sancho le dijo que mirara bien porque no eran gigantes. Lo ayudó a levantarse y a subir sobre Rocinante ya que estaba medio despaldado.

Después asomaron por el camino dos frailes que eran mulas y detrás de ellos venía un coche con cuatro o cinco caballos que le acompañaban y dos mozos de mulas a pie, dentro del coche iba una señora vizcaína que iba a Sevilla, donde estaba el marido.

Cuando don Quijote los diviso le dijo a Sancho que si aquellos bultos negros que venían debían ser algunos encantadores que llevan prisionera alguna princesa en el coche, pero Sancho le dijo que mire bien porque son frailes y en el coche debe ir alguna gente pasajera.

Don Quijote se adelanto y les grito algunas palabras a la cual ellos respondieron que solo eran religiosos de San Benito.

Todo esto que don Quijote decía escuchaba un escudero que acompañaba el coche y que era vizcaíno, el cual viendo que no quería dejar pasar el coche fue para don Quijote y le dijo unas palabras que lo hicieron disgustar ya que arrojo la lanza al suelo saco su espada y arremetió al vizcaíno con intención de quitarle la vida, la señora del coche admirada de lo que veía hizo al cochero más lejos, al vizcaíno le dio una gran cuchillada en un hombro a don Quijote y el le puso la espada en los ojos y le dijo que se rindiera que sino le cortaría la cabeza.

Después de otros sucesos como los de los cabreros Don Quijote y Sancho fueron a rescatar a Rocinante que estaba siendo apaleado por armeros pero por ir al rescate salieron golpeados y fueron a parar a una venta a la que Don Quijote se imagino que era un castillo, entraron y los atendieron y les curaron las heridas, don Quijote pensaba que estaba en el castillo y rodeado de puras doncellas y sirvientes, todos le pedían una explicación que quién era él y de donde venía y enseguida Sancho decía que era un caballero andante que buscaba aventuras y el era su escudero y que siempre estaría a lado de él en todos los momentos y así ellos hablaban y las personas de la venta se sentían confundidos.

Una vez recuperados se marcharon de la venta por algunos problemas que tuvieron de malos entendidos.

En uno de los capítulos nos narra que el cura y el barbero preparan una jaula para encerrar al caballero disfrazándose para que nadie los reconozca.

Cuando don Quijote se vio enjaulado y encima del carro don Quijote iba sentado en la jaula, las manos atadas, tendido los pies y amarrado a las verjas en silencio y con mucha paciencia pasaron cosas.

Por ahí se acercó un cabrero y le preguntó que quien era ese hombre y le dijo que era el famoso Don Quijote de la Mancha, él escuchó la conversación y diciendo burlas hizo enojar al cabrero hasta que saltó sobre don Quijote y cogiéndolo del cuello para ahogarle y Sancho acudió rápido y saltó sobre la espalda del cabrero.

Don Quijote se salió y se subió sobre el cabrero el cual estaba lleno de sangre y lo peor es que estaba lloviendo y el canónigo y el cura se reventaban de la risa.

El cabrero que ya estaba cansado de pelear lo soltó a Don Quijote.

Era el caso que aquel año habían las nubes negado ya que por todos los lugares la gente hacían procesiones. La gente de una aldea hacía procesión y la imagen que traían que era una virgen y anunciaban con una trompeta.

Cuando Don Quijote miró y escuchó y se imaginó que eran unos malandrines y que la imagen que traían cubierta de luto era una señora que la llevaban tapada. Don Quijote le pidió s Sancho la espada subió sobre Rocinante, los primeros que llevaban la imagen se detuvieron y como don Quijote nos les dejaba pasar uno de los que llevaba la imagen se enfrentó a don Quijote con un bastón más que se lo hizo en dos partes y con un pedazo le dio un golpe en el hombro y Don Quijote cayó al suelo casi muerto.

Sancho le dijo al villano que no le diera otro palazo porque era un pobre caballero que no le hace mal a nadie. El villano lo que más lo detuvo fue que don Quijote no movía ni pies ni manos y pensaba que estaba muerto. Con la voces y gemidos de Sancho revivió don Quijote.

El canónigo y el cura y el barbero le dijeron que haría muy bien en hacer lo que decía ya que le había dicho a Sancho que volvieran a la aldea. De nuevo pusieron a Don Quijote en el carro hasta que llegaron a la aldea.

A Sancho lo recibió su mujer y a Don Quijote el ama y la sobrina que le recibieron y le desnudaron y lo acostaron en el antiguo lecho ya que no sabía donde estaba.

El cura encargo a la sobrina a su tío para que no se escapara nuevo.

SEGUNDA PARTE

Sancho Panza fue a visitar a Don Quijote entró al cuarto y el ama apenas vio que Sancho entró fue enseguida a donde el bachiller Sansón y le dijo que temía que a través se escapara porque ya serían cuatro veces.

Sancho fue hablar con Don Quijote sobre el salario que iba a pagarle por andar con él en todas partes. Don Quijote le dijo que no podía señalar el salario porque nunca había encontrado en las historias de caballeros que el caballero tenía que pagarle el salario al escudero porque solo le servían de merced. Don Quijote le dijo a Sancho que si quería irse con él tenía que correr la suerte de él, ya que escuderos le sobraban porque el bachiller Sansón Carrasco se le había ofrecido. Luego de unas palabras don Quijote y Sancho se abrazaron y quedaron amigos.

Pasaron tres días y don Quijote y Sancho al anochecer sin que nadie los viese solo el bachiller que quiso acompañarlos se fueron de camino al Toboso. Don Quijote sobre Rocinante y Sancho sobre su antiguo rucio cabalgan hacia la playa donde se encuentran al señor de la blanca Luna y Don Quijote y Don Quijote el señor de la Luna Blanca le dijo a Don Quijote que la princesa de él era más bella que la de él, ellos discutieron y el señor de la Blanca Luna le dijo que se alejara de la aldea.

Don Quijote se fue y por esta fuerte discusión don Quijote cayó en cama ya que estaba muy mal, comenzó a escribir el testamento y le dijo s Sancho la mayoría a la sobrina la hacienda y a la ama de llaves. Don Quijote cerro los ojos y nunca más los volvió abrir.

sábado, 1 de octubre de 2011

PLATERO Y YO

I

Platero es tan fino y peludo, sus ojos parecen de cristal, el parece una niña o niño porque es débil y muy cariñoso, pero por dentro es fuerte el es de puro de plata, de acero de luna, al mismo tiempo al él gusta todo lo goloso: las naranjas, uvas y góticas de miel... cuando paso con él los domingos lo quedan viendo los hombres.

II

La noche cae ya morada y brumos y verdeares perduran en la torre de la iglesia y las campanillas de fragancia de canciones de pronto un hombre de tés oscura y poncho rojo por el reflejo del cigarro baja a nosotros de una casucha de carbón el hombre quiere clavar su poncho en el cerrocillo.

III

Cuando era ya de noche entramos con platero aterrado por la noche, niñas pobres juegan en el río y habían unas mendigas fingiendo como ciegas, sordo ciego y ven el brusco cambio que tiene la infancia, los varones y las mujeres ya son madres y ellos se creen unos príncipes, entre tanto negrura encuentra una niña y las niñas cantan cual princesa.

IV

Luego nos metimos las manos a los bolsillos y se sintió el frío y un viento, el movimiento de los árboles, las gallinas que se van durmiendo y más a lo lejos las estrellas lucen pálidas, blancura por aquel silencio reducido o eclipse estaba todo cambiado, era como un pueblo chico y pequeña, la torre la plaza, los caminos de los montes, platero parecía un burro verdadero, diferente y recortado.

V

Ya nos cogió la luna como si alguien nos estuviera espiando, el ve la luna como una nube blanca, platero trataba de cubrirse del frió y luego se vino un olor a naranja como si quisiera alcanzar a alguien.

VI

Un buen día le dicen a platero que vaya a la escuela para que aprenda a leer y escribir, a coser flores para que los niños no se le rían y sea alguien, en que silla te vas sentar y en que vas a escribir es que eres tan pequeño pero que no reas, eres un burro de doble oreja.

VII

Estaba vestido de luto veo un extraño cabalgando, era platero en la aventura gris, luego los chiquillos gitanos vestidos de arapos verdes, rojos y amarillos corren dentro de nosotros aliguente.

VIII

Luego dice no te asustes hombre que era ajudas que estarás matando, todos asustados los caballos ayuran las campanarios le dicen a platero que el velo del altar sea solo los judas es el diputado, la maestra lo recuerda.

XIX

Fue un día nubloso y a las seis nos fuimos a cenar corrimos como locos y apenas sabía correr a platero unas brevas maduras luego comenzó el tiroteo al caer el amanecer los virias caían.

X

Luego ven las pinturas hermosas del renacimiento de la siete galerías del paraíso, luego cuando tocaban aregulas se encendían dentro de las rosas, tus ojos que nos ven platero que alzar mansamente al suelo.

XI

Si tu mueres primero tu no sufrirás como los otros burros y caballos no te preocupes yo te enterraré bajo el piso a ti no te comerán los cuervos.

XII

Platero comienza a cojear, ni siquiera las rosas tocan arena caliente da pena ver las golondrinas apenas se ojean como otros no saben que hacer vuelven desorientados ni se atreven ni a subir ni a bajar si se estrellan en los alambres de teléfono se van a morir de frío.

XIII

Cuando voy a platero veo como la luz de medio día y se ve a oscura la barriga y el paisaje verde nada refleja el lomo en los alumbrados floridos aunque ya platero me había saludado como un rebuzno.

XIV

Eran negros, azules y verdes todos de plata y como los escarabajos estaba platero ya tendido en el suelo quedó el potro hecho caballo blando y rudoso enterrado y triste, un solo hombre lo levantó y lo tapa con una mano y se lo lleva calle a bajo.

XV

Que encantó siempre platero en la casa de enfrente a la mía primera en la calle de Ribera en la corilla de arreburra que la hija de arreburra ya era una mujer casada, después en la calle nueva, luego Juan Fray Pérez que venía a verse a la casa y a conversar y el papa le daba dinero don José era Pimientos que don José desde su tronco veía todo.

XVI

El niño tanto era aquel niño que se sentaba junto a su puerta en una sillita el no decía nada solo alegre y triste por ver a su madre todo y nada para los demás después pasó y ya no estaba sino un pájaro en un umbral preguntándole por su niño.

XVII

La mayor diversión de anilla la manteca era vestirse de fantasma se envolvía todo en una sábana, dice que añadió azúcar a la azucenon de su rostro era vestida ella de aquel modo como si su desnudez si hubiese hecho túnica.

XVIII

Nunca olvidare Platero aquella noche de Septiembre de pronto un espantoso ruido seco como la sombra de un grito de luz que nos dejo ciegos y poco a poco fueron tornando a nuestro sitios, fueron mirando todo que su mano negra por el rayo.

XIX

Platero tu nunca has subido a la azote, no has sentido el susto, la angustia que sentimos al bajar las escalerillas se ven brillar chispas de oro y plata. La casa

XX

Veníamos los dos cargando de los montes, luego se ve el cielo como un zafiro reluciente, la corona del pueblo refulgentes de azulejos y como Platero iba debajo de mi, pense que ya lo había olvidado. Corriendo la escalera de marmol fui mil veces a ver si encontraba lo que mi fantasía mezclaba.

XXI

Platero va ungido y hablando pero en realidad lo que es y nunca ahí hablar mal del juramento del hombre

XXII

Al otro día abro la ventana y me doy cuenta que todo es alegría e ilusión, tal parece que fuera un panal de luz.

XXIII

Había terminado la lluvia y Platero estaba sin un eco para todo era igual que bajo en los cristales solo se ve gran cantidad de gente.

XXIV

Luego llega un perro que ya estaba acostumbrado a que le peguen y le tiren piedras, porque hasta los perros tiran piedras y junto a Diana y los disparan sin poderles evitar.

XXV

Espérate Platero que quiero ver en ese remanso tu alma son escaleras de tercio pero bajando el laberinto Platero en las horas más cálidas de Abril yo te he leido con una voz desentendida y llana

XXVI

Un día el canario verde vuela alegre nadie sabe porque apareció alegre a la jaula Diana loca ladrándole y poniendo las manos daba cose de aire suave

XXVII

El demonio de pronto con un duro y solitario trote aparece por la esquina de trosmuro, el burro es negro, grande, negro y huesudo, se para mostrando sus dientes amarillos.

XXVIII

Es un burro perdido de quien vendar huyendo con ese trote desigual y violento.

XXIX

Al verlo Platero hace cuerno primero ambas orejas con una sola punta, el burro negro pasa a su lado y le da un rozón.

UN SUEÑO PERDIDO

La mañana esta fresca, como todas las mañanas de verano de aquella pequeña ciudad, en donde la gente es amable y no tiene mayor prisa, doña Virginia como siempre con su vianda empezaba el día vendiendo en una de las esquinas de la calle principal, don Manuel con su cigarro en mano, con los años encima, paseaba de un lado a otro esperando su desayuno de costumbre, de repente, un bus, lleno de turistas, todos muchachos y muchachas de buena presencia, que venían de la capital de paseo por fin de año. Irrumpieron la tranquilidad de aquella pequeña ciudad con el bullicio propio de la juventud, muchos de ellos era la primera vez que viajaban lejos de sus padres, entre ellos estaba Luis, quien más bien era un muchacho tímido y no participaba mucho de las bromas de sus compañeros.

Doña Virginia tenía una nietesita muy hermosa de 15 años de edad, ésta, ya entrada la mañana, le ayudaba, se llamaba Clara en honor a su madre quien falleció cuando ella apenas era una niña.

Es así que cuando Luis se acerco al puesto de doña Virgiña conoció a Clara, en ella se despertó un interés muy grande, ya que era la primera vez que sentía una sensación nueva en su mente, era una atracción que no la podía ocultar, Luis sintió lo mismo a la muchacha de finos rasgos y hermosos cabellos. Los dos saludaron muy tímidamente. Luis la invito a que pasearan más tarde juntos por la playa para conocerse mejor, Clara acepto y decidió ir en la tarde.

Doña Virginia no se dio cuenta de lo que estaba ocurriendo a su alrededor, ella nunca se imagino que esa mañana sería el inició de un drama de amor entre dos adolescentes.

Cuando Clara concurrió a la cita Luis estaba impaciente y muy nervioso era prácticamente su primera cita con una muchacha, ella con el carácter más alegre y despierto emprendió una conversación, que si bien no tenía mayor sentido, era muy divertido para los muchachos, ya que desde lejos y en el silencio de aquel sitio se escuchaba de repente alguna carcajada. Terminada la caminata los dos ya se habían conocido. Clara y Luis sentían algo diferente, pero no lo supieron expresar cuando se encontraron solos.

Al otro día Luis llegó al puesto de doña Virginia y no encontró a Clara, no supo lo que había pasado, ya que le daba vergüenza preguntar por ella a doña Virginia, que mayor amabilidad no mostraba.

En la tarde, Luis, se acerco nuevamente al puesto de doña Virginia y Clara no había llegado, extrañado por la situación Luis se armo de valor y pregunto a Doña Virginia por su nieta Clara, ella le contesto que estaba enferma y que no podía venir, al menos en una semana.

El tiempo del paseo había terminado Luis se marcho sin ver más a Clara, esa muchacha que tanto interés había despertado en los sentimientos escondidos de Luis.

Paso el tiempo y Clara no había podido olvidar a ese muchacho que algún día conoció, aquel que le había tocado el corazón, pero que jamas ni un beso le dio. Había transcurrido casi 3 años de aquel encuentro y Clara había ya cumplido su mayoría de edad, su abuela doña Virginia le había prometido que la universidad la haría en la capital y aquella ayuda que le brindo Clara en la venta de la comida preparada sería recompensada con el pago de sus estudios.

Clara viajo entusiasmada a la ciudad capital, ahí conoció a mucha gente, nuevos compañeros, todo marchaba muy bien hasta que un día al cruzar la calle se topo con Luis, no supo reaccionar y se quedo paralizada de emoción, Luis había cambiando pero ella le reconoció, él casi no se acordaba quien era ella, pero al rato se dio cuenta que fue la muchacha que despertó en él un interés que nunca antes había conocido, juntos siguieron caminando y se detuvieron en un restaurante, ahí hablaron y hablaron, Clara se volvió a enamorar, ella le confeso que desde el primer día que lo conoció nunca más dejo de pensar en la soledad que le atormento toda su niñez y parte de su juventud.

Luis y Clara pasaron días, meses muy felices, pero la tragedia estaba rondando la esquina y un día en el que Luis y Clara salieron a pasear tuvieron un accidente de transito y Luis murió, ahí empezó el drama de Clara, su abuela ya no era la misma de antes, Clara no tenía el dinero suficiente para seguir estudiando, no tuvo más remedio que abandonar los estudios y trabajar, encontró un trabajo digno pero tuvo que abandonarlo por el acecho del jefe y no podía conseguir nada, tuvo miedo de regresar a su pueblo porque ya nadie creería en ella, y además la abuela había sido internada en un sanatorio para su recuperación y allí tendría que pasar mucho tiempo.

Una tarde conoció a una muchacha llamada Rafaela, ella venía de provincia, y el comento que estaba muy bien económicamente, que ella podía conseguir el dinero que quisiera cuando ella quería. Clara le preguntó a que se dedicaba y ella le respondió que era “dama de compañía”, por no decirle que era una mujer de la vida, al escuchar esto Clara le insinúo que el ayudará a conseguir un trabajo, y así fue como Clara comenzó a trabajar, al comienzo todo era difícil, después de un corto tiempo las cosas empezaron a salir y ella se acostumbró, a la vida fácil.

Cada día que pasaba Clara se involucraba más con el alcohol, la droga, la prostitución, ya no le alcanzaba el dinero para comprar, suplicaba, estaba en el infierno prácticamente, el recuerdo de Luis lo atormentaba, su abuela Virginia vivía sus últimos días.

Un día fue arrestada y conducida a un calabazo con cargos de prostitución y despacho de drogas, ella había caído en lo más bajo.

Al pasar tres meses fue liberada y se dirigió a su antigua habitación ahí encontró a Rafaela, tirada en la cama, casi inconsciente. Fue ahí que el recuerdo de Luis y el llamado de su abuela hizo que Clara abandone ese mundo y retorne a su casa, en la ciudad tranquila y hospitalaria.

Clara reacciono y volvió a ser la niña que algún día fue cuando conoció a Luis y ayudaba a su abuela Virginia. Ahora trabaja y es feliz con la gente que siempre estuvo a su alrededor.

MENSAJE

Cuando la desesperación llega, siempre hay que tener la fuerza necesaria para superar cualquier dificultad, no se puede lanzar por un lado los recuerdos y el buen nombre, la honestidad, y el respeto hacia uno mismo y hacia los demás nos hará mejores cada día. Clara se dio cuenta de su error y supo enmendarlo a tiempo.


Autor: Luis F. Ayala L.

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